domingo, 27 de enero de 2008

Quiero / Mala

Quiero seducirte, bailar por y para ti, volverte loco y hacer que pierdas la cabeza con cada uno de mis pasos. Que cada una de tus palabras sea un requiebro de amor, no, de pasión, que suspires mi marcha y desees, me desees, como nunca has deseado nada. Quiero lamerte. Recorrerte con la lengua por completo, cada rincón, cada trozo de tu piel. Quiero sentirte, fundir mi lengua con tu cuerpo. Quiero saborearte y recrearme con tu aroma. El salado de tu sudor, el dulce de tu sexo, el regusto a óxido de tus heridas. Y quiero morderte. Morderte los hombros, el cuello, comerte la boca. Viciarte, absorberte, embriagarte. Quiero seducirte, lamerte, morderte, comerte y hacerte mío para siempre. Y tú lo sabes bien, siempre, es esta noche.
-----------
Hoy quiero ser mala. Quiero provocarte, excitarte, volverte loco. Quiero que me desees como nunca has deseado a nadie. Quiero calentarte tanto que ardas de fiebre. "Chicks are made to give you fever", baby, y yo te quiero hacer arder. Quiero desvestirte y recorerte poco a poco mientras yo sigo vestida. Quiero acariciarte, besarte, atarte. Quiero tenerte a mi merced y obligarte a ser mío. Quiero lamerte, chuparte, besarte... Y cuando estés loco por mí, abandonarte.

(lj 16 abr/ 7 may)

jueves, 24 de enero de 2008

Quieta

Ahora mismo me quedaría totalmente quieta, sin moverme.
Me gustaría parar el tiempo para quedarme siempre así, la mano sobre mi sexo, caliente, mojado, hinchado...
Me gustaría poder atesorar esos segundos, alargarlos, hacer de ellos horas, ese tiempo en el que no existes ese momento, tras un orgasmo, en que todo parece haber desaparecido, en el que sobra pensar, sobra moverse, tan solo quisiera existir, sentir...
Pero hay que vestirse, hay que volver al mundo real.
Si tan solo pudiera parar el tiempo unos segundos más...

miércoles, 16 de enero de 2008

Bueno, ya que no escribo nada estos días, procuraré recuperar las historias que se quedaron atrás...

Un beso de alcohol

Estuve bebiendo. Bebiendo hasta no sentir el frío que hacía en lacalle. Bebiendo hasta sumirme en la semiinconsciencia del alcohol. Bebiendo hasta que mi mente dijo basta. Y la botella volvía a mis manos una y otra vez. Otro trago. Y otro.

Estuve bebiendo hasta que perdí a la gente, hasta que me perdí. Hasta que perdí el equilibrio y lo busqué en cualquier brazo.

-No me sueltes. Haz lo que quieras, pero no me sueltes.

¿Y qué, si me cogió de la cintura? ¿Y qué, si me contó mil batallitas al oído, cerca, muy cerca? Yo solo quería mantenerme en pie...

-Aquí estás. ¿Quién es este chico?
-Nadie.

Dicen que parecía desilusionado porque me fui. Yo solo buscaba un punto de apoyo... ¿qué buscaba él?

Me despejo y empiezo a razonar. Empiezo a odiar el mundo. Me empiezo a odiar.

-Vamos a ese bar.

Bajamos la calle llena de gente. Demasiada gente en ambas direcciones. Un chico en dirección contraria me frena sujetándome de la cintura y pegando sus labios en los míos. Me besa. Le beso. Sabe a alcohol y derrota como yo. Seguimos adelante. Él en una dirección y yo en otra. Sin volvernos. Sin mirarnos. Olvidadas ya nuestras caras. Para no vernos nunca más, para olvidarnos, para creernos una fantasía fruto del alcohol.

¿Eras real? Lo dudo. Esa noche yo tampoco era real.

-----
(Lj 17 mar 07)